Dozens of Spanish couples 'bought' children in illegal adoption in Romania
GOOGLE TRANSLATION:
Dozens of Spaniards had 'bought' children in a network of illegal adoption in Romania
The organization operates three months ago and receives about three million by Adopted
JAVIER Sampedro - Madrid - 01/11/1996
10 votes Vote Result
A telephone number circulating in Bucharest mouth to ear among Spanish couples wishing to adopt a child. If stakeholders demonstrate their creditworthiness, a couple of trips to the Romanian capital are sufficient to return home in three months with a child in the arms, including Romanian passport. The adoptive parents can choose from a wide range whose prices, according to age and aesthetic preferences, ranging from two to four million pesetas. The Spanish ambassador in Bucharest said: "There are adoptions, this is clearly an illegal trafficking of children."
The case has been reported to this newspaper by J. G. P. and F. R. S., 37 and 36 years, one of the couples from Madrid who started preparations but decided not used after his apparent understanding of illegality. The complainants claim that at least 50 couples have already acquired Spanish Romanian children in this way, and that dozens more are in full trámite. The ambassador in Bucharest, Antonio Ortiz, confirmed yesterday the existence of child trafficking and stressed its illegality, and Spain and Romania have signed the Hague Convention for the Protection of Children, which sets strict criteria for international adoptions. "But unfortunately, children are being sold in Bucharest" Ortiz says, "is enormously worrying."
A few months ago, J,. G. P. and F. R. S. decided to adopt a child outside of Spain, a growing practice due to demographic imbalances, and were prepared to deal with the paperwork, which typically last several years. But another couple in a similar situation persuaded them to follow a shortcut: "In Romania can be achieved in three or four months," they claimed. "We give you the phone."
As he was told, J. G. P. marked the number of Bucharest and asked for a lawyer named Eliana. The Romanian, who spoke Spanish, asked him first of all who had given him the phone. J. G. P. he said. Once verified that that name was on their list of past clients, Eliana proceeded to the next step in the protocol: "You must send its payroll, a certificate of assets and writing of their properties." So did the hombre.Unas weeks later, they called for them to travel to Bucharest. The Romanian them housed in a small urban apartment, to 16,000 pesetas each night, in which there were at least three other couples in Spain. Gave them a form to fill out: boy or girl, what age and other preferences. During the three-day stay, a guide who spoke Castilian taught the city in charge of the organization.
"The next day," says J. G. P., "led us to a kind of orphanage. We agree there with two other couples. As we had asked for girls, four girls taught us to choose from, some blonde, some brunette, some months, another one and a half years." According to the election, those responsible are identified prices, which ranged between two and four million pesetas.
At that time the adoptive returning to Spain while the organization manages the roles of the child, according to J. G. P. always in the same court in Bucharest. A couple of weeks later, the couple returns to the Romanian capital with the money, necessarily in cash and in dólares.Pasaporte rule
Once the payment, the organization delivers the child to the couple, along with a certificate of adoption issued by the said court, a birth certificate and a Romanian passport in order. Those responsible to advise couples who do not go in no time at the Spanish Embassy in Bucharest.
"In recent years," says a document from the Directorate General for Children and the Family, "have increased adoption practices contrary to the fundamental rights of children: pressures on parents for abandoning her children, sale of children, Missing Children ... It was subsequently adopted child trafficking. "Avoiding these practices is the aim of the Hague Convention for the Protection of Children recently signed by 63 countries, including Spain and Romania. The agreement governs a demanding process for international adoptions, which should always start by counseling for Social Affairs of each Autonomous Community. After their adventure Romanian, J. G. P. and F. R. S. ended up choosing this path, slowly but legal.
Decenas de españoles han 'comprado' niños en una red de adopción ilegal en Rumania
La organización funciona hace tres meses y cobra unos tres millones por adoptado
JAVIER SAMPEDRO - Madrid - 01/11/1996
Un número de teléfono de Bucarest circula de boca a oreja entre las parejas españolas que desean adoptar un niño. Si los interesados demuestran su solvencia, un par de viajes a la capital rumana son suficientes para volverse a casa en tres meses con un niño entre los brazos, pasaporte rumano incluido. Los adoptantes pueden elegir entre una amplia oferta cuyos precios, según edad y preferencias estéticas, oscila entre los dos y los cuatro millones de pesetas. El embajador español en Bucarest señala: "No son adopciones; se trata claramente de un tráfico ilegal de niños".
El caso ha sido denunciado a este diario por J. G. P. y F. R. S., de 37 y 36 años, una de las parejas de Madrid que inició los trámites pero decidió no consumarlos tras comprender su manifiesta ilegalidad. Los denunciantes aseguran que al menos 50 parejas españolas han adquirido ya niños rumanos por esta vía, y que varias decenas más están en pleno trámite.El embajador en Bucarest, Antonio Ortiz, confirmó ayer la existencia de ese tráfico infantil y subrayó su ilegalidad, ya que España y Rumania han firmado el Convenio de La Haya para la Protección de la Infancia, que establece criterios muy estrictos para las adopciones internacionales. "Pero desgraciadamente se están vendiendo niños en Bucarest" señala Ortiz; "es enormemnte preocupante".
Hace unos meses, J,. G. P. y F. R. S. decidieron adoptar un niño fuera de España -una práctica cada vez más frecuente debido a los desequilibrios demográficos- y se prepararon para afrontar los trámites, que suelen prolongarse varios años. Pero otra pareja en situación similar les persuadió para seguir un atajo: "En Rumania se puede conseguir en tres o cuatro meses", les aseguraron. "Os damos el teléfono".
Tal y como le dijeron, J. G. P. marcó el número de Bucarest y preguntó por una abogada llamada Eliana . La rumana, que hablaba español, le preguntó antes que nada quién le había dado el teléfono. J. G. P. se lo dijo. Una vez comprobado que ese nombre estaba en su lista de anteriores clientes, Eliana procedió al siguiente paso en el protocolo: "Debe mandarnos su nómina, un certificado de haberes y la escritura de sus propiedades". Así lo hizo el hombre.Unas semanas después, les llamaron para que viajaran a Bucarest. La organización rumana les alojó en una pequeña urbanización de apartamentos, a 16.000 pesetas cada noche, en la que había al menos otras tres parejas españolas. Les dieron un formulario para rellenar: niño o niña, de qué edad y otras preferencias. Durante los tres días que duró su estancia, una guía que hablaba castellano les enseñó la ciudad a cargo de la organización.
"Al día siguiente", cuenta J. G. P., "nos llevaron a una especie de orfanato. Coincidimos allí con otras dos parejas. Como habíamos pedido niña, nos enseñaron cuatro niñas para elegir, unas rubias, otras morenas, alguna de meses, otra de un año y medio". Según la elección, los encargados les señalaban los precios, que oscilaban entre dos y cuatro millones de pesetas.
En ese momento los adoptantes vuelven a España mientras la organización arregla los papeles del niño, según J. G. P. siempre en el mismo juzgado de Bucarest. Un par de semanas después, la pareja vuelve a la capital rumana con el dinero, forzosamente en metálico y en dólares.Pasaporte en regla
Una vez realizado el pago, la organización entrega el niño a la pareja, junto con un certificado de adopción expedido por el mencionado juzgado, una partida de nacimiento y un pasaporte rumano en regla. Los encargados aconsejan a las parejas que no acudan en ningún momento a la embajada española en Bucarest.
"En los últimos años", señala un documento de la Dirección General del Menor y la Familia, "han aumentado las prácticas de adopción contrarias a los derechos fundamentales del niño: presiones a los padres para el abandono de sus hijos, venta de niños, menores desaparecidos posteriormente adoptados... Es el tráfico de menores".Evitar estas prácticas es el objetivo del Convenio de La Haya para la Protección de la Infancia suscrito recientemente por 63 países, España y Rumania entre ellos. El convenio regula una exigente tramitación para las adopciones internacionales, que debe empezar siempre por la consejería de Asuntos Sociales de cada Comunidad Autónoma. Tras su aventura rumana, J. G. P. y F. R. S. han acabado eligiendo esta vía, lenta pero legal.